El desarrollo de la industria, el comercio y la vida doméstica siempre han impactado al medio ambiente. Esta innegable realidad ha llevado a la generación de políticas de gestión de identificación de residuos no peligrosos, buscando lograr un equilibrio ambiental propicio para la vida en el planeta.
¿Qué conocemos como residuos?
Los residuos se definen como aquel desperdicio resultante de una actividad o consumo. Los mismos pueden ser materiales, sustancias o elementos desechables, que provienen de uso doméstico, industrial, laboral, comercial o institucional.
¿Qué se denominan residuos no peligrosos?
Ya teniendo claro este concepto, los residuos no peligrosos consisten en aquellos que no representan ningún riesgo para el ambiente ni para la salud humana.
En muchos casos, estos residuos pueden ser aprovechados o no, y pueden generar un bien económico o en su defecto, un importe. Es allí en donde llegaremos al concepto de gestión de identificación de residuos no peligrosos.
¿Cómo funciona la gestión de identificación de residuos no peligrosos?
La gestión de identificación de residuos no peligrosos contempla todos los procesos de reconocimiento, clasificación, transporte y disposición de los residuos, cuya misión principal es la conservación del medio ambiente, la protección de la salud y el aprovechamiento de los recursos desechados.
Clasificación de los residuos no peligrosos
La premisa de la gestión de identificación de residuos no peligrosos nos permite clasificarlos en tres grandes grupos que explicaremos a continuación:
Biodegradables
Son aquellos residuos que por su naturaleza pueden descomponerse fácilmente en el ambiente, entre ellos tenemos los desperdicios alimenticios como vegetales, frutas, granos, derivados cárnicos, proteínas, harinas, azucares, procesados en descomposición, entre otros.
También se incluyen el papel higiénico, servilletas, algunos tipos de cartón y madera. A esto se suman los residuos preparados intencionalmente para descomponerse de manera orgánica, como las bolsas, los jabones y los detergentes biodegradables.
Reciclables
Como ya explicamos anteriormente, los residuos no peligrosos son aquellos que no dañan el ecosistema. Sin embargo, dentro de este grupo existen residuos que no se descomponen con facilidad ni tienen características biodegradables.
Debido a esto, la gestión de identificación de residuos no peligrosos, aplica el concepto del reciclaje como única alternativa para que estos residuos puedan mantener un tono amigable con el planeta.
Entre ellos tenemos el vidrio, la chatarra, el plástico, las telas, algunos tipos de papel, equipos y electrodomésticos en desuso.
Todos estos elementos abandonados a la deriva generarían contaminación. Sin embargo, en una saludable gestión de identificación de residuos no peligrosos, podrían convertirse más en parte de la solución que del problema.
Incluso, existen políticas de reciclaje que orientadas a la reutilización de recursos generan beneficios que afectan positivamente el ambiente y la administración económica de los recursos.
Inertes
Estos residuos demandan una audaz gestión de identificación de residuos no peligrosos ya que su degradación natural requiere de grandes periodos de tiempo y no pueden ser transformados fácilmente en materia prima.
Estos comprenden materiales tales como el poliestireno, algunos plásticos y el llamado papel carbón, que por su composición y características físicas requieren de procesos químicos, energéticos o mecánicos para que puedan ser reutilizados.
Estado y sociedad dedicados a la gestión de identificación de residuos no peligrosos
Una cultura de conservación y cuidado del medio ambiente requiere de una modificación continua y evolutiva del pensamiento. Una vez modelado el pensamiento, el comportamiento y las acciones a tomar deben arrojar como resultado un ecosistema sano y equilibrado.
El tema de la contaminación y la acumulación de desechos ha generado todo tipo de movimientos sociales que han involucrado rigurosamente al Estado como ente creador y controlador de políticas que promuevan la gestión de identificación de residuos no peligrosos.
Aunado a esta gestión, la activación de procedimientos de traslado, ubicación de desechos, manejo de residuos, centros de acopio, empresas recolectoras y sobre todo el hábil y compartido proceso de reciclaje, forman parte de esta rigurosa agenda mundial.
Sin embargo, el tema de los residuos va agravándose a medida que el mundo se expande y el consumismo abarrota los vertederos de todas las grandes ciudades. Solo con conciencia podemos rescatar y salvaguardar el planeta, cuidando los recursos y aprovechando al máximo los residuos reciclables o biodegradables.
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